En 2015, las Naciones Unidas elaboraron un plan para garantizar la paz y la prosperidad para todas las personas, en todas partes, y de una manera que no afecte a la capacidad de las generaciones futuras para disfrutar de las mismas posibilidades. Este plan se plasmó en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que consta de 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) con 169 metas basadas en las 5 P (People (Personas), Planet (Planeta), Prosperity (Prosperidad), Peace (Paz), Partnership (Asociación)). Estas metas abordan una amplia gama de cuestiones sociales, medioambientales y políticas, como por ejemplo acabar con la pobreza, mejorar la sanidad y la educación, reducir la desigualdad, la buena gobernanza, las alianzas mundiales, etcétera. Todos los Estados miembros de la ONU aceptaron estos objetivos y se comprometieron a cumplirlos para 2030. Entre los 17 objetivos, hoy destacamos uno, el ODS número 5, la igualdad de género.

El género es un componente importante que puede encontrarse en la intersección de muchos otros sectores, por ello se menciona explícitamente en otros 10 ODS. Si analizamos la situación actual en este ámbito, descubrimos un panorama  desalentador: «al ritmo actual de progreso, pueden hacer falta otros 286 años para eliminar las leyes discriminatorias y cerrar las brechas existentes en la protección jurídica de las mujeres y las niñas», «1 de cada 3 directivos/supervisores es una mujer, al ritmo actual de cambio, la paridad no se alcanzará hasta dentro de 140 años», «las mujeres solo ocupan 2 de cada 10 puestos de trabajo en ciencia, ingeniería y tecnologías de la información y la comunicación a nivel mundial» y la lista puede continuar(1).

Por el momento, ninguno de los Estados miembros de la UE ha alcanzado el ODS número 5 y ninguno de ellos está en vías de lograrlo para 2030, tal y como afirma el Informe de Desarrollo Sostenible de Europa de 2022(2). Como podemos ver, aunque se notan mejoras, estas son moderadas. El ODS número 5 sigue siendo uno de los tres ODS menos financiados a nivel mundial, tal y como afirma la propia Comisión Europea(3).

Mientras que algunas de las desigualdades basadas en el género presentes en la sociedad actual son más fáciles de detectar, reconocer y abordar, como las leyes discriminatorias de ciertos países, otras están tan profundamente arraigadas en nuestras sociedades que a algunos les cuesta incluso darse cuenta de ellas. Tal es el caso de los roles tradicionales de género que afectan a ambos sexos, no sólo psicológica y emocionalmente sino también económicamente. Por ejemplo, la ONU descubrió que «antes de 2020, a nivel mundial las mujeres realizaban de media aproximadamente tres veces más trabajo no remunerado que los hombres», en su mayoría relacionado con las tareas domésticas y el cuidado de los niños o de familiares ancianos o discapacitados(4). Este problema no hizo más que aumentar de tamaño una vez que la pandemia golpeó y, como muestran los datos disponibles, «el 60% de los países y territorios no tomaron ninguna medida para mejorar esta situación»(5).

Históricamente las tareas relacionadas con los cuidados han recaído predominantemente sobre las mujeres, y en la mayoría de países se sigue asumiendo que esto debe ser así, lo que dificulta aún más la solución de este problema y hace evidente la urgente necesidad de concienciar y educar a la sociedad. Las medidas tomadas hasta el momento no han sido suficientes para alcanzar los objetivos planteados por la Agenda 2030. No sólo existe una falta de recursos financieros, sino que la mayoría de veces existe además una falta de voluntad política. El interés claramente demostrado por los ciudadanos sobre temas relacionados con el género y la acción local son factores que puede influir en la opinión política, mientras que la elección de más mujeres o candidatos de cualquier género que prometan promover la igualdad de género es algo no sólo factible, sino también una necesidad si alguna vez queremos lograr lo que nos propusimos hacer a través de los ODS.

En este sentido, GaminGEE, una iniciativa de Erasmus+ KA2, ofrece herramientas para fomentar un modelo integrador de educación temprana en igualdad de género que puede utilizarse para luchar contra la desigualdad de género en contextos escolares y familiares. Los socios del proyecto construyeron una plataforma de aprendizaje, con materiales de libre acceso que pueden ayudar a familias y educadores a abordar temas importantes fuertemente arraigados en la idea de igualdad como: valores humanos, diversidad de género y expresión de género, salud sexual, violencia de género, etcétera. Se puede acceder a los recursos en la plataforma de aprendizaje desarrollada por el proyecto.

Los objetivos del proyecto son:

  • Dotar a los educadores y a las familias de recursos eficaces para utilizar con sus hijos en la concienciación de valores aplicados al sexo y los afectos, como la igualdad de género, el respeto mutuo, el cuidado mutuo, el autocuidado, el consenso y el consentimiento, la diversidad sexual, etc;
  • Desarrollar comportamientos sexuales y afectivos saludables en los adolescentes;
  • Prevenir la violencia sexual (acoso sexual, violación, comportamientos no consentidos, etc.) y los roles de género sesgados entre los jóvenes, siendo la gran mayoría violencia sexual de género;
  • Prevenir el acoso y la violencia contra las minorías sexuales y promover comportamientos que consideren la diversidad como una oportunidad especial para crecer.

Todos estos objetivos están en consonancia con la meta 5.2 del ODS 5 (Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado), la meta 5.6 (Garantizar el acceso universal a la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos) y la meta 5.b (Mejorar el uso de tecnologías facilitadoras, en particular las tecnologías de la información y las comunicaciones, para promover el empoderamiento de las mujeres). Además de cubrir estos objetivos, el proyecto va un paso más allá e incluye otros géneros y aborda también los problemas de las minorías de género y sexuales. Por muy exhaustivos que parezcan, los ODS están incompletos, ya que no abordan de forma clara e inequívoca las necesidades de la minoría LGBTQ+, aunque es evidente que las mujeres también representan un porcentaje significativo y que no podremos acabar con la discriminación hacia las mujeres hasta que no acabemos con todas las formas de discriminación.

Por lo tanto, este proyecto no sólo pretende educar a los niños, sino también a los padres y a los propios educadores. Es necesario que se lleven a cabo más proyectos de este tipo en todo el mundo, por lo que esperamos que éste sea sólo un primer paso al que seguirán muchos más.

Referencias

(1) United Nations „Progress On The Sustainable Development Goals The Gender Snapshot 2022”.

(2) European Commission “Europe Sustainable Development Report 2022«. 

(3) European Commission “Together Towards a Gender Equal World” (Brussels, 2020), p.5.

(4) UN Women „Explainer: Sustainable Development Goal 5”. 

(5) Ibid.